Cuenca

   Atrás queda "La Manchuela" y por delante comienza la "Sierra Baja". Cambio de provincia. El domingo amanece cubierto y a mediodía llega una lluvia del estilo "calabobos"; de esas que parece que no mojan pero empapan. La fortuna me brinda lo que se supone que es una parada de autobuses en medio de ninguna parte.

   En realidad es una especie de abrigo construido en piedra y tejas en el techo. Dentro hay hueco suficiente para mi "Espe", el "americano" y la colchoneta. Tengo la comida hecha, agua suficiente y ninguna gana de mojarme, así que mañana será otro día. Paro, me instalo y el resto del día lo dedico a leer, estirar, escribir, dormitar, comer ..., unas minivacaciones en algo menos de 4 metros cuadrados.

   Siguió lloviendo el resto del día y durante toda la noche.

   El lunes amanece despejado y yo, descansado. La "Sierra Baja" se nota en el trazado. A mediodía entro en Cuenca, me avituallo y me encamino hacia la "Sierra Alta", ésta si se nota un poco más!.

   A sus puertas, como alguna cosa en un Área que atraviesa el Río Júcar, y aprovecho su agua cristalina (y fría), y "la caló" para darme un baño.

   La idea es atravesar la Serranía de Cuenca pasando por uno de sus dos hitos con más fama: La "Ciudad Encantada", a la que se accede por Valdecabras CM-2104, o el "Ventano del Diablo" por Villalba de la Sierra CM-2105. Ambos itinerarios se unen poco antes de Uña, y desde aquí a Tragacete y al nacimiento del Río Cuervo. Una vez allí, abandonarla en dirección noroeste hacia la Alcarria.

   Me decido por El Ventano, alguna rampa importante que se va superando con calma. Un ciclista de la zona, me da información detallada de fuentes, lugares de acampada y sobre todo, que no me pierda una ruta paralela al Río Tajo. Conforma avanzo voy comprobando lo acertado de sus indicaciones, lo que hace que me decida por el Tajo un par de días después, aunque antes hay que llegar a Guadalajara. La Alcarria queda para otra ocasión.

                                          Bienvenido.

                                          Se acabó "La Manchuela", terreno llano. Comienza "La Sierra Baja", y con ella los toboganes con los que poco a poco vas ganando altura.

                                          El hotelito que me salvó de la lluvia. Una vez localizadas y corregidas algunas goteras, el resto fue descansar, comer ...

                                          El Río Júcar, la primera de las muchas veces que lo crucé.

                                          El adentrarte en La Sierra, significa mayor presencia de "animalitos", que son relativamente fáciles de ver.

                                          Aquí La Sierra Baja ya se muestra sin pudor.

                                          Cuenca capital.

                                          Salto de Villalba, aprovechado y rentabilizado por Fenosa. En este emplazamiento y en algún otro río arriba tienen montado instalaciones para el disfrute de sus "empleados", en un suelo que es de tod@s! los españolitos. No deberían pagar por ello?    

                                          (1/4). Ventano del Diablo. Tuve suerte, cuando llegué se iban 3 autobuses repletos, y cuando ya me iba, aparecen 3 más.

                                          (2/4). El Ventano del Diablo es este mirador natural que se asoma a una profunda brecha de una altura considerable, que ha ido erosionando el Río Júcar.

                                          (3/4). Aquí se puede apreciar la profundidad.

                                          (4/4). Un auténtico "Nido de Águila"

                                          Será ésto el famoso "Perfil Griego?"

                                          Abunda este paisaje en la Sierra de Cuenca con un cierto aire caótico. Piedra abundante y caprichosa en sus formas; masa forestal frondosa y cursos de agua, erosionando y esculpiendo rincones de ensueño.

                                          Nubes de evolución que se pueden ver a diario, resultante del calor de estos días y la humedad de la zona. Por si acaso mantengo un ojo puesto en ellas. Al llegar la noche y caer la temperatura (entre 2 y 6 grados), se disipan y desaparece el riesgo de lluvia.

                                          (1/3). Hago noche en un pinar cercano a Uña. Hay un mogollón de ciervos en la zona.

                                          (2/3).

                                          (3/3).

                                          Embalse de La Toba.

                                          Ves los corzos? (Haz click en la foto).

                                          Estrenando gorro, regalo de mi amigo Andrés.

                                          Mapa Informativo.

                                          Pasado Tragacete, donde consigo recargar móvil, cámara y MP3, me encuentro este regalito. Cuando las rampas superan el 8% me bajo de la bici y empujo. Hay que preservar las rodillas y además no hay prisa.

                                          (1/2). Nacimiento del Río Cuervo. Es francamente peculiar, el agua cae por toda esa vegetación que se ve enfrente. Es una pena que esta foto no le haga justicia. El lugar es un remanso de paz. Además pasaba de las 17.00 horas y estaba solo.

                                                    (2/2).

                                          (1/2). Esta zona se conoce como Collado Manchego, en el límite del Parque Natural del Alto Tajo.

                                          (2/2). Se van viendo zonas de pasto entre los bosques de coníferas.

                                          (1/3). Polideportivo de Masegosa. Repasando notas a la luz de una vela.

                                          (2/3). Al llegar al pueblo la noche anterior, pregunté a unos paisanos si habría algún problema en montar la tienda en una zona ajardinada del parque. Mejor quédate en el polideportivo, me dijeron. Nadie lo usa salvo en verano o algún puente festivo. La noche amenazaba lluvia, así que realmente agradecido pasé y me acomodé.

                                          (3/3).

                                          Ni un alma por estas carreteras.